Así, sin escudo ni lanza, nos encontramos ante enemigos que mienten, muros indestructibles y amigos que nos traicionan, recibiendo cada golpe, arañazo y decepción sin defensa ninguna. El valor es la capacidad de aguantar, no la de enfrentarlo. Dejo estas ideas y divagaciones al lector, de modo que si una pequeña semilla de duda sobre n uestra vida nace en mentes no divagatorias, habré satisfecho mi propósito.
domingo, 4 de marzo de 2012
Pensamientos errantes
Qué terrible este el destino de los hombres, salpicado de enfermedades, preocupaciones y decepciones. Las largas falanges de la vida exprimen todos y cada uno de nuestros sueños hasta dejarnos secos. De pequeño, tuve una conversación con mi madre, en la cual yo le terminé diciéndole, qué triste era la vida si todo era negativismo y dolores de cabeza. Ella contestó que ella pensaba igual que yo, hasta que la propia existencia usurpó sin remordimientos cada sueño que ella albergaba en su corazón.
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